Objetivos de la consulta: El paciente espera del
clínico especialista en visión baja, comprensión, consejo, explicación de su
patología y básicamente la
optimización de su visión. En
muchas ocasiones la expectativa va más allá de nuestras posibilidades. De ahí la importancia de la actitud
acertiva del clínico. Tenemos que ser veraces,
honestos, cálidos y humanos.
Seguramente el paciente aceptará más este tipo de actitud que la falsa
esperanza, la conmiseración y
hasta la lástima.
Observación: Desde el momento en el que
un paciente con visión baja entra al consultorio, nosotros podemos empezar a
darnos cuenta de cuál es el estado de su visión y cómo es su desempeño
funcional.
¿Entra tomado del brazo
del acompañante? ¿Localiza fácilmente el asiento? ¿Establece contacto visual
con nosotros? ¿Cómo lo conduce el familiar? ¿Cómo lo trata el familiar?
¿Utiliza su visión para buscar nuestra mano en el momento en el que le
saludamos? etc.
Forma de iniciar la relación con el paciente: Es muy común que
se cometa el error de dirigirse hacia el acompañante, especialmente cuando no
existe un contacto visual con el paciente. Es fundamental que nos dirijamos al paciente, si no nos ve,
digamos su nombre y hagamos las preguntas dirigidas a él. Es el inicio de una
relación interpersonal, con respeto, en la que le consideramos como una persona. Si el paciente presenta una visión baja profunda y no puede
localizar el asiento, tomemos su mano con la nuestra y hagamos que toque el
asiento y el respaldo y permitámosle sentarse por sí mismo. De esta forma también le estamos
mostrando a los familiares la manera respetuosa de tratar a una persona ciega o
de visión baja profunda, sin moverlo, jalarlo, empujarlo, como si fuera una
cosa. Recordemos siempre que
tenemos ante nosotros a una persona que seguramente acude con miedo, ansiedad,
que ha tenido pérdidas importantes y que seguramente su autoestima ha sido muy
dañada.
Es conveniente explicar
que el motivo de nuestra consulta es comprender cómo ve y el tratar de que la
visión que se conserva se utilice de la manera óptima, con el fin de obtener la
mayor autosuficiencia posible.
Es muy común que el
iniciar el interrogatorio, sea el familiar el que conteste. No lo permita. Haga
hincapié en que el interesado sea el que responda a las preguntas y después,
confirme algunos datos con el familiar.
Ficha de identificación: Amén de la necesidad de
recabar la información general del paciente, en ella debemos de incluir
cuidadosamente escolaridad, tipo de
trabajo. Es muy importante
conocer el requerimiento de visión al que pueda estar sujeto debido al estudio
o al trabajo, así como saber si el impedimento visual le ha obligado a
abandonar este tipo de ocupaciones.
Antecedentes heredo-familiares: En el caso que nos
ocupa, es importante el conocer padecimientos oftalmológicos en familiares,
especialmente en el caso de glaucoma, retinosis pigmentaria, y todas aquellas
con carácter hereditario. En esta sección pueden ser consignados los datos de
consanguineidad en los antecesores.
Antecedentes personales patológicos:
A) Diabetes: tiempo de evolución, forma de control, cifra de última glicemia y fecha de la misma.
B)
Hipertensión arterial: tiempo de evolución, forma
de control, última cifra de tensión arterial y fecha de la misma.
C)
Medicamentos.
D)
Alergias, cirugías, etc.
E) Tabaquismo, alcoholismo, drogadicción, etc.
Padecimiento actual: Demos un momento de
tribuna libre al paciente y después empecemos con preguntas dirigidas.
-Es importante conocer el diagnóstico que se haya hecho, el tratamiento (quirúrgico o medicamentoso), uso de lentes, uso de lupas (las lupas de mano son las más socorridas, generalmente sin prescripción).
- Se valorará si la visión
es fluctuante y cómo se encuentra en el momento de la consulta.
- Se preguntará sobre forma de vida (solo o con familia), ya que el grado de autosuficiencia a lograr será diferente según el caso.
- Se preguntará acerca del
trabajo, actividades de tipo recreativo, sociales que acostumbra o acostumbraba
realizar.
A continuación se
establecen una serie de preguntas cortas y cerradas para valorar “para lo que
la visión que conserva es útil o no”.
La forma de hacer estas
preguntas es “¿su visión es suficiente
para…..? y habrá bloques de preguntas sobre desplazamiento autónomo, sobre
actividades de autosuficiencia personal (higiene, comida, arreglo, etc.) y de
visión cercana.
Es importante el decir la
forma que se indica anteriormente, ya que es muy común que si la pregunta se
realiza de otra forma, como “¿puede salir
solo?”... el paciente nos conteste algo que no tiene que ver con la función
visual y nos diga, por ejemplo: “no, porque me duelen las piernas”. En este caso, la pregunta adecuada es: “¿su visión es suficiente para salir solo a
lugares cercanos?”.
También le preguntaremos
acerca de la molestia a la luz y la preferencia por días soleados o nublados,
el uso de lentes oscuros. Esto es
importante, ya que muchos de nuestros pacientes con visión baja cursan con
deslumbramiento, que les ocasiona mayor disminución de la visión y en estos
casos tendríamos que prescribir algún tipo de filtro.
Se pregunta sobre la
necesidad de realizar otro tipo de actividades con requerimiento visual, como
uso de computadora, de partituras, pizarrón, etc.
Es recomendable preguntar
al paciente en este momento de la consulta: “Si
pudiéramos mejorar su visión, ¿para qué actividades le gustaría mejorarla?”.
La mayoría de los pacientes, especialmente los de edad avanzada, buscan la
posibilidad de la lectura, sin embargo, nos hemos encontrado con algunos que
requieren actividades diferentes, como jugar bingo, pintar cerámica, tallar
madera, etc. Es importante, pues
así buscaremos alguna estrategia que le permita realizar la actividad que
desee.
Se anexa una forma de
historia clínica con las preguntas a las que nos referimos.
En esta parte de la
valoración del paciente con visión baja es útil preguntarle si acostumbra usar
algún tipo de ayuda óptica, generalmente nos referimos a ello como: ¿le han recetado algún lente especial, o usa
alguna lupa? Es común que la familia o las amistades les hayan proveído de
lupas, especialmente de mano y muchas veces el paciente refiere que no le son útiles. Debemos de revisar
el poder, el estado y la forma de empleo de las mismas.
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