Hacemos mención de Maestros que han aportado su trabajo y experiencia para la evolución y difusión del manejo de los pacientes con visión baja en el mundo, pero especialmente en América Latina y en México, que es la parte del camino por la que hemos transitado.
Antecedentes históricos
En 1908 se fundó en Londres la primera escuela para niños con visión baja, (niños miopes). Entre 1910 y 1920 se crearon una serie de establecimientos de esta naturaleza en la Gran Bretaña
La Lighthouse de Nueva York fue fundada en 1905.
El primer libro impreso en tipo ampliado se publicó en 1914.
Desgraciadamente este progreso inicial fue súbitamente interrumpido dejando un período de inactividad y es hasta 1953 cuando el Dr. Gerarld Fonda formó la primera clínica de Visión Baja en Nueva York.
Yo no tuve la oportunidad de conocer en persona al Dr. Fonda, sin embargo, sí por su obra, ya que su libro fue el primer material impreso del que tuve oportunidad de aprender y de empezar a imbuirme en el mundo de las lupas y los telescopios.
En 1958 se estableció la primera clínica de visión baja en Escandinavia, haciéndolo en Dinamarca.
Durante los años 60, el trabajo de Natalie Barraga sobre la educación de la visión residual en los niños con visión baja fue notable y destacado.
Natlie Barraga, aunque no era médica, sino maestra, realizó grandes avances en el campo del desarrollo de la visión, implementando todo un programa sobre “Eficiencia Visual” con el propósito de estimular la visión en los pequeños con visión baja.
Permítase la digresión en tiempo, ya que 1996 se llevó a cabo el congreso Visión 96, auspiciado por la Organización Nacional de Ciegos Españoles, en Madrid. Tuve la fortuna de ser becada por dicha organización para asistir. Me hospedaba en una de las escuelas para niños ciegos, junto con muchos de los participantes, de tal manera que muy temprano desayunábamos ahí y después nos trasportaban al centro de convenciones en donde se llevaba a cabo el congreso. Una mañana, desayunaba sola, cuando una mujer ya mayor, con pelo blanco y rostro afable, me preguntó si podía sentarse conmigo, a lo cual accedí con gusto. Al presentarse como Natalie Barraga, yo sentí que me sudaban las manos de emoción al conocer a semejante personaje del que yo tenía noticia a través de sus escritos. Fue ahí cuando me comentó que su motivación para todos sus estudios y programas había sido el ayudar a su hija con alteraciones visuales. ¡Otro regalo que me dió la vida!
Retomando la revisión cronológica de la historia de la Visión Baja, diremos que en la década de los 70 y 80 Suecia tomó el liderazgo en la promoción del concepto del entrenamiento sistematizado de este tipo de visión introducido por Linstedt-Gertzand. La Dra. Eva Linstedt realizó un gran trabajo especialmente en el manejo de la visión baja en los niños.
Otra de las figuras destacadas de esa época es la Dra. Lea Heavarynen, de nacionalidad finlandesa, quien ha creado toda una gama de cartillas para la evaluación de la visión infantil que utilizamos ampliamente. A la Dra. Lea tuve el gusto de conocerla en un curso que impartió durante Visión 96, y posteriormente pude charlar más con ella en una cena que nos obsequió The Lighthouse International a los miembros del comité científico del congreso Visión 99, en la ciudad de Nueva York. Una persona amable, muy ocupada y con gran conocimiento. Después era frecuente encontrarla durante las Academias Americanas de Oftalmología en el stand de Good lite, marca que comercializa las cartillas diseñadas por ella.
A partir del establecimiento de la primera clínica de visión baja, especialmente los países desarrollados han creado una serie de modelos de centros de rehabilitación en visión baja, con diversos programas de entrenamiento.
En Canadá, a través del Canadian Nacional Institute for the Blind (CNIB) se proporciona la atención en visión baja, con programas aprobados por el Ministerio de Salud.
Australia es uno de los países que ha mostrado políticas agresivas y exitosas para el establecimiento de servicios de baja visión de tipo privado y público, sustentados la mayor parte con financiamiento de Medicare y otros programas semejantes.
En España, a través de la ONCE (organización Nacional de Ciegos Españoles), los débiles visuales pueden aplicar para tener el servicio de atención en la baja visión así como subsidios en la obtención de las ayudas ópticas o electrónicas.
Fue en 1987 cuando se creó el Cervo dentro de la Once, de carácter multidisciplinario, en el que la Oftalmóloga especializada era la Dra. Elvira Martín, a quien conocí en Guayaquil en 1995, estableciéndose una hermosa amistad y juntas hemos impartido muchos cursos.
En el Reino Unido, a través del Servicio Nacional de Salud (NHS) se puede acceder a las clínicas de baja visión en diferentes departamentos de oftalmología.